Rehabilitar una casa antigua de pueblo puede ser una de las experiencias más gratificantes que existen, puedes recuperar un pedazo de historia de tu familia. Pero antes de empezar, conviene tener claro que rehabilitar una casa vieja no es lo mismo que reformar un piso en ciudad. Las estructuras son antiguas, los materiales son más tradicionales, hay normativas urbanísticas más concretas y puede incluso tener protección patrimonial.
Hoy, os explicamos cómo rehabilitar una casa antigua de pueblo paso a paso para que puedas emprender bien este tipo de proyecto. Empecemos.
Cómo rehabilitar una casa vieja paso a paso
1. Evaluación y planificación
El primer paso es evaluar el estado real de la casa. Aquí no basta con una visita rápida y pensar que parece que está bien. Las casas de pueblo antiguas suelen tener problemas en la estructura, humedad, filtraciones o instalaciones obsoletas.
Lo ideal es contar con un arquitecto o aparejador que haga un estudio técnico de la vivienda. Este profesional analizará los cimientos, muros, tejado, forjados y carpinterías, y te dirá qué partes se pueden conservar y cuáles hay que sustituir. Un informe profesional te servirá también para calcular el coste real y decidir si te compensa más rehabilitar una casa vieja o derribarla y construir una nueva.
También deberías consultar al ayuntamiento del pueblo para ver si hay alguna limitación urbanística. Para acabar de planificar, deberías definir ya si va a ser una reforma integral o parcial, y el presupuesto disponible para el proyecto, así como la financiación. En este punto es importante incluir imprevistos (mínimo un 10-15% del total), ya que en las casas antiguas hay bastantes sorpresas.
2. Permisos
Una vez tengas todo definido, ya puedes tramitar los permisos de obra, importante porque si no lo haces te puede acarrear una sanción o que te paralicen las obras. Si vas a realizar reparaciones simples o cambios sin alterar la estructura, bastará con una licencia de obra menor. Dependiendo de lo que sea a veces ni te hará falta licencia, pero revísalo por si acaso.
Si hay derribos, cambios en la distribución, ampliaciones o trabajos estructurales, necesitarás una licencia de obra mayor. El arquitecto puede ayudarte con la documentación técnica necesaria: memoria, planos, presupuesto y, en algunos casos, proyecto visado por el colegio profesional.
3. Derribo y saneamiento
En las casas antiguas de pueblo, el derribo parcial y el saneamiento son fundamentales antes de comenzar la reconstrucción. Tendrás que quitar los muros inestables, falsos techos deteriorados, tabiques, las carpinterías que estén podridas y cualquier otro elemento que sea un riesgo.
Aquí se suele aprovechar para limpiar las humedades, retirar escombros y sanear cimientos y muros de carga. Se revisará si hay grietas, termitas, hongos, humedades por capilaridad… básicamente problemas muy comunes en casas rurales que han pasado años sin mantenimiento. Una vez limpio el espacio, se puede empezar de verdad con la rehabilitación.
4. Reformas estructurales
Las reformas estructurales incluyen todo lo que afecta a la estabilidad del edificio:
- Refuerzo de cimientos y muros de carga.
- Sustitución o saneamiento de vigas de madera.
- Rehabilitación del tejado.
- Reposición de forjados entre plantas.
Si la casa es muy antigua, quizás se te recomiende sustituir algunas estructuras por materiales más resistentes, aunque se intente conservar el estilo original de la casa. Por ejemplo, se puede mantener el aspecto rústico con vigas vistas, aunque sean nuevas, o recuperar muros de piedra natural limpiando y rejuntando las juntas.
5. Reformas de instalaciones
Una vez asegurada la estructura, ya se pueden modernizar las instalaciones, lo que viene siendo la fontanería, electricidad, calefacción y climatización, y saneamiento. Ninguna de estas suele estar en condiciones en una vivienda antigua, así que conviene renovarlas completamente.
Si el pueblo no cuenta con red de gas natural, lo mejor es instalar aerotermia, placas solares o biomasa. Cada vez más propietarios apuestan por sistemas sostenibles, ya que permiten ahorrar energía y ganar confort. También es el momento de aislar térmicamente los muros y el tejado, algo esencial en casas rurales donde el frío y la humedad suelen ser un problema.
6. Acabados
Cuando la casa ya está estructuralmente sólida y con las instalaciones nuevas, llega la parte más visible, los acabados. Aquí entran revestimientos, suelos, carpinterías, y pinturas.
Puedes optar por un estilo tradicional (piedra, madera, barro cocido) o combinar lo antiguo con lo moderno, manteniendo algunos elementos originales y contrastándolos con líneas más actuales. Nuestro consejo es que intentes respetar los materiales y colores típicos de la zona. No solo por estética, sino también por integración con el entorno y por posibles normativas locales.
7. Decoraciones
Es la última fase pero la que más soléis disfrutar, la decoración. Por supuesto depende de tus gustos, pero puedes jugar con la mezcla entre lo rústico y lo contemporáneo, recuperando puertas antiguas, vigas originales o muebles restaurados.
Una buena iluminación también puede realzar las texturas naturales de los materiales. Además, los textiles (alfombras, cortinas, mantas) aportan calidez y ayudan a mejorar el confort acústico y térmico. Y si la casa tiene un patio o jardín, no lo descuides, una zona exterior bien cuidada aumenta el valor del conjunto y queda perfecto.
¿Cuánto cuesta derribar una casa vieja en un pueblo?
De media, el precio de derribar una vivienda de tamaño medio (unos 100 m2) ronda los 10.000 euros, aunque puede oscilar entre 8.000 y 15.000 euros según la zona y la dificultad.
De todas formas, el coste de derribar una casa vieja en un pueblo depende de su tamaño, del tipo de estructura y de si hay que retirar materiales peligrosos como amianto o plomo. El presupuesto que os hemos comentado suele incluir ya la demolición, la retirada de escombros y el transporte a un vertedero autorizado. Si la casa tiene una estructura de piedra o muros muy gruesos, el precio puede aumentar.
Os aconsejamos que antes de decidir si rehabilitar o derribar, pidas dos presupuestos a empresas distintas para comparar, por que te puede salir bastante rentable.
¿Cuánto cuesta rehabilitar una casa rural en total?
El precio de rehabilitar una casa varía enormemente en función del estado en el que se encuentre la vivienda y los materiales que elijas. Como orientación general, el coste medio se sitúa entre 600 y 1200 euros por metro cuadrado. Esto significa que una casa de 120 m2 puede requerir una inversión de entre 72.000 y 144.000 euros, sin contar mobiliario ni decoración. Este rango es tan amplio por varios factores:
- Estado de la estructura original.
- Necesidad o no de reforzar cimientos o tejado.
- Nivel de aislamiento térmico y acústico deseado.
- Tipo de acabados y calidades.
- Mano de obra y accesibilidad de la obra (no es lo mismo rehabilitar en un pueblo accesible que en una aldea sin acceso directo).
Para rehabilitar una casa vieja de pueblo sin pasarte con el precio recuerda que tienes que priorizar lo esencial, es decir, estructura, tejado e instalaciones.
¿Merece la pena rehabilitar una casa vieja?
Sí que merece la pena, pero no siempre.
Si sabes cómo rehabilitar una casa vieja de pueblo puede ser una inversión excelente. Por un lado, revalorizas un inmueble que probablemente estaba en desuso y conservas un patrimonio arquitectónico con encanto. Por otro, consigues un hogar único, con personalidad y construido a tu medida.
Aún así debes tener en cuenta los contras, que mayoritariamente suelen estar relacionados con el dinero. Está claro que rehabilitar una casa antigua no es barato, y también puede haber algún coste imprevisto.
Lo que sí es seguro es que una casa rehabilitada tiene más valor que una vieja en ruinas. Y además, si optas por materiales sostenibles y eficiencia energética, podrás recuperar parte de la inversión en pocos años gracias al ahorro en consumo. Si la vivienda tiene un valor sentimental (puede ser de tus abuelos la casa), es algo que pesa bastante en tu decisión.




