Las puertas de madera son un clásico en cualquier hogar porque aportan muchísima calidez, estilo y resistencia, pero como cualquier puerta, sufre golpes, humedad, arañazos, etc. Con algunos materiales básicos y siguiendo una serie de pasos que os vamos a dejar, sabrás cómo reparar una puerta de madera, tanto si es un arreglo general, como si es un agujero, humedad, o incluso el pomo.
Antes de empezar, si el problema son las bisagras, os recomendamos que entonces leas este otro artículo: cómo ajustar las bisagras de una puerta.
¿Qué materiales necesitas para arreglar una puerta?
La mayoría son materiales fáciles de conseguir en cualquier ferretería o tienda de bricolaje, o por Amazon mismamente, eso lo que tú veas. Deberías tener a mano todo esto:
- Destornillador para desmontar bisagras y pomos.
- Lijadora eléctrica o papel de lija de varios granos.
- Decapante o removedor de pintura (opcional si quieres retirar pintura antigua).
- Masilla para madera.
- Espátula.
- Imprimación para madera.
- Barniz o pintura en el color que elijas.
- Brochas o rodillos.
- Trapos limpios.
- Guantes de protección y mascarilla.
Pasos para reparar una puerta de madera
El proceso estándar para arreglar una puerta de madera que está desgastada o con mal aspecto lo puedes hacer en 6 pasos y es el siguiente.
1. Desmonta la puerta y retira la pintura vieja
Lo primero es trabajar con comodidad. Retira la puerta de las bisagras con ayuda de un destornillador y colócala sobre dos caballetes o una superficie estable. Si la puerta está pintada y quieres devolverle su aspecto natural o darle un nuevo acabado, tendrás que retirar la pintura antigua. Puedes hacerlo de dos maneras:
- Con un decapante químico, que reblandece la pintura para retirarla fácilmente con una espátula.
- Con una lijadora eléctrica, más limpio y rápido, aunque requiere un poco más de paciencia en las molduras.
2. Lija la superficie y corrige imperfecciones con masilla
Una vez retirada la pintura, ya podemos alisar la superficie. Pasa la lijadora con un grano medio (80-100) para quitar restos del barniz, manchas y algún arañazo superficial si lo hay. Si la puerta tiene golpes, hendiduras o pequeñas grietas, aplica masilla para madera con ayuda de una espátula. Rellena bien los huecos y alisa la superficie lo máximo posible.
3. Lija la masilla una vez se haya secado
Deja que la masilla se seque según las indicaciones del fabricante (normalmente unas horas). Después, lija de nuevo la zona con papel de lija de grano fino (120-150) para igualar con el resto de la puerta.
Esto es clave para que, al aplicar la pintura o el barniz, la superficie quede completamente uniforme.
4. Limpia la superficie y aplica la imprimación
Antes de pintar o barnizar, limpia bien toda la puerta con un trapo un poco humedecido para retirar el polvo del lijado y después aplica una imprimación para madera, que ayudará a que la pintura o el barniz se adhieran mejor y duren más tiempo. Muy importante este paso si al final decides pintar la puerta en un color distinto.
5. Pinta y/o barniza
Ahora ya solo tienes que elegir entre barnizar y pintar. El barniz es de lo mejor si quieres conservar el aspecto natural de la madera, realzando la veta y protegiéndola. Si quieres darle un aire nuevo a la puerta con un color diferente, pues escoge pintar.
Aplica al menos dos manos de pintura o barniz, dejando secar bien entre capa y capa. Si quieres un acabado más profesional, lija muy suavemente entre mano y mano con un grano extrafino.
6. Vuelve a montar la puerta
Cuando ya se ha secado todo bien, solo tienes que volver a montar la puerta en sus bisagras. Os aconsejamos que aprovechéis este momento para revisar también los herrajes, el pomo y la cerradura y, por supuesto, aprieta bien los tornillos si hace falta.
Cómo arreglar un agujero en la puerta de madera
Uno de los problemas más comunes es encontrarse con un agujero en la puerta de madera, ya sea por un golpe fuerte, un tirador que se soltó o un accidente. Para solucionarlo, sigue estos 5 pasos que te dejamos:
- Limpia bien el agujero, retirando astillas o restos sueltos.
- Rellena el hueco con masilla especial para madera o pasta reparadora epoxi.
- Deja secar el tiempo indicado.
- Lija la zona para nivelar con el resto de la superficie.
- Aplica imprimación y pinta o barniza para igualar el acabado.
Si el agujero es muy grande, puedes reforzarlo colocando un trozo de madera encolado antes de aplicar la masilla, aunque si es demasiado grande, quizá sea hora de contar con un profesional y cambiar la puerta.
Cómo arreglar una puerta hinchada por agua
La humedad es algo que afecta bastante teniendo en cuenta que está hecha de madera y es que, cuando absorben agua, la puerta se hincha y puede rozar con el suelo y atascarse. Ten en cuenta que, aunque te vamos a dejar los pasos para repararla, lo más importante es atacar el origen de la humedad porque si no, volverá a pasar lo mismo. Para arreglar la puerta:
- Retira la puerta de las bisagras y colócala en posición horizontal.
- Identifica las zonas más hinchadas (normalmente bordes o parte inferior).
- Lija con un grano grueso esas zonas hasta rebajar el grosor.
- Si el hinchazón es muy severo, puedes cortar unos milímetros con una cepilladora manual.
- Aplica barniz o sellador en los bordes para evitar que la humedad vuelva a penetrar.
Cómo arreglar el pomo de la puerta
Además de reparar la puerta de madera, algo muy frecuente que también pasa es que el pomo de la puerta se afloje o se rompa. Si te ha pasado algo de esto, basta con que aflojes sus tornillos, retires el pomo y revises si las piezas interiores están dañadas o simplemente flojas.
Si solo está suelto, vuelve a encajarlas y aprieta los tornillos. Si la pieza interna está dañada, sustituye el mecanismo completo por uno nuevo (se venden kits de pomo y cerradura universales muy económicos). Así de fácil ya lo tendrías arreglado.
Como hemos visto, reparar una puerta de madera es un trabajo bastante asequible para cualquiera. Desde lijar y pintar hasta arreglar un agujero, solucionar el hinchamiento por agua o reparar el pomo, todo puede hacerse con materiales básicos y un poco de tiempo. Lo mejor de todo es que, además de ahorrar dinero, prolongas la vida útil de tus puertas y mantienes la estética de tu hogar en buen estado. ¡Hasta la próxima!



