Renovar la fachada es una forma de proteger tu vivienda y aumentar su valor. La primera impresión que se lleva cualquiera que visite tu hogar empieza por cómo luce la parte exterior, y con el tiempo es normal que aparezcan problemas de humedad, desgaste de pintura o simplemente la necesidad de actualizar el diseño.
Vamos a explicar qué permisos necesitas, cómo preparar la superficie, las distintas opciones de acabado y qué materiales o colores funcionan mejor según tus objetivos. Ten en cuenta que lo primero siempre va a ser evaluar en qué estado está la fachada, así ya observarás si tiene algún daño.
Obras en fachada comunidad de propietarios: permisos
Si vives en un edificio o urbanización, cualquier actuación que implique modificar la fachada entra dentro de las obras en fachada de comunidad de propietarios. La Ley de Propiedad Horizontal en España establece que cualquier modificación en los elementos comunes del edificio (y la fachada lo es) debe ser aprobada en junta de vecinos. Por lo tanto:
- Solicitar autorización previa: no puedes cambiar el color o instalar un revestimiento diferente sin que la comunidad lo apruebe.
- Permiso del ayuntamiento: algunas actuaciones requieren licencia de obra menor (pintar, pequeñas reparaciones) o mayor (cambiar revestimientos, cerramientos de cristal).
- Normativas locales: si tu vivienda está en un casco histórico o en una zona con restricciones urbanísticas, tendrás que ajustarte a los materiales y colores permitidos.
1. Prepara la superficie de la fachada
La clave para que el renovar tu fachada dure es la preparación. Pintar o colocar un revestimiento sin tratar antes la superficie solo hará que el problema vuelva a aparecer en poco tiempo.
Trata la humedad y repara daños
Antes de aplicar pintura o revestimientos, comprueba:
- Manchas oscuras o verdes: suelen ser signo de humedad por filtración.
- Desconchados de pintura: indican que la pared no transpira correctamente.
- Fisuras o grietas: por pequeñas que sean, pueden permitir la entrada de agua.
Para solucionarlo, tienes que sellar las grietas con masilla especial para exteriores, y luego aplicar un tratamiento antihumedad profesional. Si el daño es mayor, habría ya que hacer una reparación estructural antes de pasar a pintar o revestir.
Limpia y protege áreas cercanas
Una fachada limpia garantiza un acabado uniforme. Usa una hidro limpiadora a presión para eliminar polvo, moho o restos de pintura vieja. Después cubre ventanas y puertas con plásticos protectores, protege el suelo y elementos de jardín cercanos con cinta de carrocero, y retira cables o antenas que dificulten el trabajo.
2. Opciones para arreglar tu fachada
Ya podemos pasar a renovar la fachada con principalmente, tres opciones: pintura, revestimiento, cerramiento de cristal.
Pintura
La opción más habitual. Es relativamente económica y permite un cambio radical con poco esfuerzo. Lo ideal es elegir pintura plástica o acrílica para exteriores, que resista la lluvia y los rayos UV.
Tiene algunas ventajas, como la gran variedad de color que tenemos a disposición, así como su fácil aplicación y lo económica que es. Por otro lado, dura menos, ya que habría que repintar cada 8-10 años.
Revestimientos
Si buscas un acabado más resistente y con personalidad, los revestimientos son una gran opción. Entre los más usados:
- Cerámicos: ofrecen gran resistencia y múltiples diseños, desde rústicos hasta modernos.
- Piedra natural. Aporta elegancia, robustez y un carácter único a la fachada.
- Madera tratada, que da un toque cálido y natural, aunque requiere mantenimiento periódico.
Para este tipo de acabado ya sería más conveniente contar con profesionales de la reparación de fachadas.
Cerramientos de cristal
Si lo que quieres es ampliar espacios (por ejemplo, una terraza cubierta), el cerramiento de cristal es una solución moderna y funcional. Protege del frío, mejora la eficiencia energética y es bastante luminoso. Eso sí, en edificios requiere autorización de la comunidad y licencia municipal.
Cómo pintar tu fachada
Si optas por la pintura, aquí tienes el paso a paso:
- Aplica una capa de imprimación para fijar mejor la pintura y evitar descamaciones.
- Usa rodillo de pelo largo para superficies rugosas o pistola de pintura para un acabado más homogéneo.
- Pinta de arriba hacia abajo, en franjas verticales, para evitar marcas.
- Aplica al menos dos capas para garantizar resistencia.
- Un truco: elige colores claros en zonas muy soleadas, ya que absorben menos calor y ayudan a mantener la casa fresca.
Cómo revestir la fachada
El revestimiento requiere un poco más de técnica, pero los resultados son espectaculares. Dependiendo del material:
- Cerámicos: se colocan con mortero o adhesivos especiales. Conviene dejar juntas bien selladas para evitar filtraciones.
- Piedra natural, que necesita anclajes o sistemas de fachada ventilada. Aporta mayor aislamiento.
- Madera. Se instala sobre estructuras metálicas o rastreles de madera tratada. Importante aplicar barnices protectores contra sol y humedad.
- Consejo profesional: si el revestimiento cubre gran parte de la superficie, apuesta por una fachada ventilada. Mejora la eficiencia energética y evita problemas de condensación.
¿Qué material es mejor para fachadas exteriores?
No hay una única respuesta, es algo que va a depender bastante de lo que te gusta, de lo que necesitas y de tu presupuesto.
Por ejemplo, las piedras naturales serán lo mejor si quieres que tenga un gran valor estético y que dure el mayor número de años posible. También está el ladrillo o el porcelánico, que también son muy resistentes y fáciles de limpiar, aunque no tan estéticos.
Por supuesto, si quieres un estilo rústico, siempre va a ser mejor de madera, o si buscas modernidad y funcionalidad, de cristal.
Colores para resaltar la fachada de tu casa
Al igual que el material, depende bastante más de tus gustos, pero aquí te dejamos algunas ideas:
- Blanco: atemporal, elegante y da sensación de amplitud.
- Tonos tierra y beige: transmiten calidez y combinan bien con piedra y madera.
- Grises y antracita: modernos, urbanos y fáciles de mantener.
- Colores vivos (azules, verdes, ocres): aportan originalidad, aunque conviene usarlos en detalles o zonas concretas.
Nuestro consejo es que combines dos tonos para resaltar balcones, marcos de ventanas o zócalos. De esta forma, tu fachada tendrá un aire más dinámico y estilizado.
Renovar la fachada no es solo pintar o revestir, es cuidar la estructura de tu hogar y darle nueva vida. Si quieres saber cómo renovar la fachada de mi casa, recuerda que lo más importante es revisar permisos y normativas, tratar humedades y preparar la superficie, elegir la solución que mejor se adapte a tu presupuesto y estilo, y asegurarte de aplicar materiales de calidad y contar con profesionales si la obra es compleja.