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Guías y reparaciones

Cómo arreglar una fuga de agua

como arreglar fuga de agua

Una fuga de agua puede parecer un pequeño contratiempo, pero si no se actúa a tiempo, puede convertirse en un verdadero problema. Un simple goteo o una humedad detrás de la pared pueden hacer que pagues mucho más en la factura, pero también dañar la pintura, el suelo o incluso afectar la estructura de la vivienda.

Hoy, os contamos cómo arreglar cualquier fuga de agua para que no os pase nada de esto, tanto si está en una tubería de PVC o de cobre, como si el problema se encuentra en la ducha o dentro de una pared. Además, te mostraremos cuáles son las mejores soluciones rápidas y permanentes para evitar que el problema vuelva a repetirse.

Herramientas para arreglar cualquier fuga en una tubería

Asegúrate de tener a mano las herramientas y materiales básicos que te permitirán trabajar con seguridad y eficacia. Estas son las que más te recomendamos para cualquier tipo de fuga doméstica:

  1. Llave inglesa, indispensable para aflojar o apretar tuercas y conexiones.
  2. Cúter o serrucho para PVC si necesitas cortar una tubería plástica.
  3. Trapo o esponja absorbente para secar la zona antes de aplicar cualquier sellador.
  4. Lija fina o papel de esmeril. Útil para eliminar restos de óxido o preparar la superficie.
  5. Masilla epoxi o cinta de reparación de fontanería, ideales para soluciones rápidas.
  6. Tubos, codos y manguitos de repuesto en caso de necesitar sustituir un tramo.
  7. Guantes y gafas de protección.

Antes de empezar

Si ya tienes todas estas herramientas, ya puedes quitar el suministro del agua, para lo cuál tendrás que cerrar la llave de paso general de tu casa. Luego, drena las tuberías abriendo los grifos de la zona, así liberarás presión y agua acumulada.

Seca bien la tubería antes de usar cualquier sellador y lija bien la zona si vas a utilizar epoxi. Por último, coloca un cubo debajo para recoger el agua que vaya cayendo o que quede en la tubería.

Cómo arreglar una tubería de PVC

Las tuberías de PVC son muy comunes en viviendas modernas porque son económicas, ligeras y fáciles de instalar. Sin embargo, con el tiempo pueden agrietarse o soltarse en las uniones. Para arreglar una fuga en una tubería de PVC, sigue estos pasos:

  1. Cierra la llave de paso y vacía la tubería. Asegúrate de que no quede agua dentro para que el pegamento o sellador adhiera correctamente.
  2. Limpia y seca bien la zona afectada. Usa un trapo o papel absorbente. Si hay residuos o cal, líjalos suavemente.
  3. Corta la parte dañada (si es una grieta o rotura grande). Utiliza una sierra o cúter para eliminar la sección afectada.
  4. Coloca un manguito o unión de PVC nueva. Aplica pegamento especial para PVC en ambos extremos y encaja la nueva pieza. Espera el tiempo de secado indicado por el fabricante (normalmente 15-30 minutos).
  5. Si la fuga es pequeña, puedes solucionarlo de forma rápida así:
    1. Usa cinta autovulcanizable o masilla epoxi sobre la zona seca.
    2. Deja endurecer al menos una hora antes de reabrir el paso del agua.
  6. Abre la llave y comprueba. Si no hay fugas visibles, la reparación está lista.

Cómo arreglar una tubería de cobre

como arreglar tuberia de cobre

Si necesitas arreglar una tubería de cobre, tienes varias opciones según el tipo de daño:

Para una fuga leve (gota o microfisura)

  • Cierra el agua y seca bien la zona.
  • Lija suavemente el área dañada. Elimina el óxido o la pintura vieja.
  • Aplica masilla epoxi o cinta de reparación. Amasa la masilla con los dedos y colócala sobre la fuga, presionando firmemente.
  • Deja endurecer entre 30 minutos y 1 hora. Luego abre la llave y comprueba que no haya goteo.

Para una fuga mayor o unión rota

  • Corta el tramo dañado con una sierra para metal o cortatubos.
  • Lija los bordes y limpia los restos de agua.
  • Sustituye la sección con un acople o manguito de cobre nuevo. Si sabes soldar, puedes aplicar estaño con soplete, pero si no sabes, existen acoples de compresión o push-fit que se instalan sin necesidad de soldadura.
  • Vuelve a abrir el agua y revisa.

Os aconsejamos que, si la tubería es muy vieja y presenta varias fugas pequeñas, será mejor que reemplacéis un tramo más largo que seguir parchando.

Cómo arreglar una fuga de agua en la ducha

Las fugas en la ducha son bastante comunes, especialmente en las conexiones del grifo, el flexo o el rociador. La ventaja es que suelen ser fáciles de detectar porque el agua se ve a simple vista. Sigue estos pasos para arreglar una fuga de agua en la ducha:

  1. Comprueba si la fuga viene del grifo o del tubo. Cierra la llave de paso del baño y desmonta el grifo con una llave inglesa.
  2. Revisa las juntas. Normalmente la pérdida se debe a una junta de goma deteriorada en la conexión entre el grifo y la tubería o entre el flexo y el grifo. Cambiarla cuesta muy poco y se hace en segundos.
  3. Aplica cinta de teflón en las roscas. Si las uniones no ajustan bien, da 4 o 5 vueltas con cinta de fontanero (PTFE) antes de volver a montar.
  4. Vuelve a instalar el grifo y aprieta sin forzar.
  5. Abre el agua y prueba. Si sigue goteando, revisa si la fuga proviene del interior del grifo. En ese caso, puede necesitar un cartucho o válvula nueva.

Cómo arreglar una fuga de agua en la pared

Cuando ves una mancha húmeda o una burbuja en la pintura, es señal de que hay una fuga dentro de la pared. Aquí las cosas se complican un poco más, pero también hay soluciones efectivas.

  1. Cierra el agua y observa si la mancha se seca. Si lo hace, confirmas que la fuga proviene de la instalación interna.
  2. Localiza el punto exacto. Puedes ayudarte de un detector de humedad o cámara térmica (muchas ferreterías las alquilan).
  3. Haz una pequeña apertura en la pared. Solo lo justo para acceder a la tubería afectada.
  4. Identifica el tipo de tubería (PVC o cobre) y aplica la reparación adecuada (como explicamos antes).
  5. Deja secar la zona y aplica un producto antihumedad. Una vez arreglada la fuga, seca la pared con un deshumidificador o con el tiempo antes de tapar.
  6. Repara el revestimiento. Tapa el hueco con yeso o masilla y pinta de nuevo.

Si la humedad se repite en el mismo punto, probablemente haya una microfisura o una unión defectuosa en el interior. En ese caso, conviene llamar a un profesional con cámara endoscópica.

Mejores soluciones a fugas en tuberías

Dependiendo de la magnitud del problema, puedes optar por soluciones más rápidas y temporales, que son baratas y puedes detener la pérdida al momento, o soluciones permanentes, que implican reparar o reemplazar la parte dañada pero ya no te tienes que preocupar más por el tema.

Mejores soluciones rápidas

Lo que más te recomiendo es una cinta autovulcanizable o de reparación. Es una cinta de goma que se estira y se adhiere sobre sí misma. Ideal para fugas pequeñas en tuberías de PVC o cobre. Soporta presión y temperatura. También tienes la masilla epoxi para fontanería. Se moldea con los dedos y endurece incluso bajo el agua. Perfecta para grietas o uniones con filtraciones leves.

Mejores soluciones permanentes

Lo mejor es que sustituyas el tramo de la tubería que está mal, es la forma más eficaz y duradera de eliminar fugas. Se corta el tramo dañado y se reemplaza por uno nuevo con manguitos o uniones compatibles.

Por supuesto siempre puedes intentar una reparación profesional con soldadura o acoples de compresión. En tuberías de cobre o sistemas de alta presión, lo mejor es optar por una soldadura con estaño o utilizar conectores herméticos que garanticen la estanqueidad total.

Saber cómo arreglar una fuga de agua no es tan complicado como parece, pero recuerda siempre cerrar el agua, secar bien la zona y elegir la solución adecuada según el tipo de tubería y el tamaño de la fuga. Si la pérdida es pequeña, una cinta o masilla bastará. Pero si la tubería está muy deteriorada o el agua sale a presión, lo más sensato es reemplazar el tramo o llamar a un profesional.

Cómo arreglar el inodoro que pierde agua

como arreglar el inodoro que pierde agua

Pocas cosas resultan tan molestas como un inodoro que pierde agua. Ese goteo constante, además de ser incómodo, puede hacerte gastar decenas de litros al día sin que te des cuenta.

Afortunadamente, arreglar un inodoro que pierde agua no siempre requiere llamar a un fontanero: en la mayoría de los casos, puedes solucionarlo tú mismo, por lo que os vamos a explicar cómo arreglar el inodoro que pierde agua paso a paso, las causas más comunes, qué materiales puedes usar para sellar la fuga y qué puedes hacer si el problema está en la cisterna.

Causas de que pierda agua el inodoro

Lo primero es identificar que está pasando, ya que un inodoro puede perder agua por varios motivos y no todos se solucionan de la misma manera. Las causas más frecuentes son:

  1. Desgaste de las juntas o gomas. Con el tiempo, las juntas que sellan las conexiones del inodoro se endurecen o agrietan, dejando pasar pequeñas fugas. Es lo más habitual y lo más fácil de solucionar.
  2. Problemas con la válvula de entrada o descarga. En los modelos con cisterna, estas válvulas controlan la entrada y salida del agua. Si alguna falla o se queda atascada, puede provocar que el agua gotee constantemente.
  3. Fisuras en la porcelana. Aunque no es lo más común, una pequeña grieta en la base o el tanque del inodoro puede dejar escapar agua poco a poco.
  4. Tornillos o tuercas flojas. A veces, basta con ajustar las sujeciones de la cisterna o del propio inodoro para detener la fuga.
  5. Mal sellado en la base. Si el sellado entre el inodoro y el suelo (la brida) se deteriora, puede filtrarse agua cada vez que tiras de la cadena.

¿Por qué gotea mi inodoro por la parte inferior?

Si notas agua alrededor de la base del inodoro, justo donde se une al suelo, probablemente el problema no está en la cisterna, sino en la conexión con la bajante o el sellado inferior.

Esto suele pasar porque la junta de salida está dañada, es una goma que une la taza del inodoro con la tubería de desagüe. Si está seca, deformada o rota, el agua se filtrará al exterior.

También puede ser que la silicona o masilla esté deteriorada. El sellado alrededor de la base puede haberse agrietado o despegado con los años. Puede pasar además que los tornillos de anclaje estén sueltos. Si el inodoro se mueve ligeramente, las juntas se desgastan y se producen fugas.

Lo bueno es que se pueden reparar fácilmente y es que a menudo, basta con sustituir la junta o aplicar un nuevo sellado. Si el inodoro está bien fijado y la fuga es pequeña, una masilla selladora puede ser suficiente para solucionarlo.

¿Qué se puede usar para sellar una fuga de agua?

Si el problema no es grave y la fuga es pequeña, existen varios productos selladores que pueden ayudarte a resolverla de forma rápida y bastante eficaz la verdad:

  • Silicona sanitaria. Es el sellador más común y resiste la humedad y el moho, ideal para aplicar entre la base del inodoro y el suelo. Usa una pistola aplicadora y deja secar al menos 12-24 horas antes de volver a usar el baño.
  • Masilla epoxi. Se presenta en forma de barra o pasta que se moldea con los dedos. Perfecta para sellar pequeñas grietas en la porcelana o conexiones metálicas. Endurece rápidamente y ofrece una resistencia muy alta.
  • Cinta autovulcanizable. En fugas pequeñas de tuberías o conexiones roscadas, esta cinta de goma puede servir como solución temporal hasta hacer una reparación más completa.
  • Sello de goma o junta nueva. Si la fuga está en la unión entre el tanque y la taza o entre el inodoro y la bajante, lo mejor es reemplazar la junta completa. No son caras y se venden en ferreterías con medidas estándar.

Cómo arreglar un inodoro que pierde agua paso a paso

como arreglar una fuga de agua en el lavabo

Ahora os explicamos cómo arreglar el inodoro que pierde agua paso a paso, de manera sencilla, aunque no tengas experiencia en fontanería, en 7 pasos.

1. Cierra la llave de paso del agua

Normalmente está justo al lado de la cisterna o en la pared. Gírala en sentido de las agujas del reloj hasta cerrarla por completo, así evitarás que siga entrando agua mientras trabajas.

2. Vacía la cisterna

Tira de la cadena para eliminar el agua que quede en el tanque. Si aún queda líquido, usa una esponja o una toalla para secarlo del todo.

3. Localiza la fuga

Observa bien de dónde proviene el agua.

  • Si cae por la base, el problema está en la junta o el sellado inferior.
  • Si gotea por detrás o por los tornillos de unión con la cisterna, puede tratarse de la junta de estanqueidad o de un exceso de presión.
  • Si escuchas un leve goteo dentro del inodoro, el fallo está en el sistema de descarga o en el mecanismo de llenado.

4. Ajusta los tornillos

A veces, basta con apretar los tornillos que fijan la cisterna a la taza o el inodoro al suelo. Usa una llave inglesa o un destornillador, pero sin pasarte porque si aprietas demasiado, podrías dañar la porcelana.

5. Sustituye la junta si está dañada

Si el agua sale por la unión entre el tanque y la taza, es probable que la junta de goma esté envejecida. Desmonta la cisterna (cerrando siempre la llave antes), retira la junta vieja y coloca una nueva del mismo tamaño.

6. Aplica sellador o silicona

Si la fuga está en la base del inodoro, limpia bien la zona y aplica silicona sanitaria blanca o transparente alrededor del borde. Pasa el dedo o una espátula para alisar la superficie y deja secar al menos 24 horas antes de volver a usarlo.

7. Abre la llave de paso y prueba

Una vez sellado o sustituido lo necesario, abre de nuevo la llave del agua y deja llenar la cisterna. Observa si sigue goteando. Si todo está seco,  ya has resuelto el problema resuelto.

¿Y cómo arreglar la pérdida de agua en cisterna?

Si el agua no se filtra al exterior, pero la cisterna pierde agua internamente hacia el inodoro, el problema está en su mecanismo interno. Esto se nota porque la cisterna nunca deja de llenarse o porque se escucha un leve goteo constante dentro del váter, incluso sin usarlo.

Esto suele ser porque la válvula de descarga está defectuosa (si no cierra bien, el agua sigue bajando lentamente aún después de haber tirado de la cadena), el flotador está mal regulado, o la junta del mecanismo de entrada está desgastada. En el caso de la válvula, simplemente limpia la goma o cámbiala por una nueva. Si es el flotador, ajusta el brazo del flotador para que cierre la entrada antes de llegar al borde. Para la junta, reemplázala por un modelo universal, es compatible con la mayoría de cisternas.

Si quieres saber más sobre esto, te recomendamos este artículo: Cómo arreglar la cisterna del baño que pierde agua.

Ahora ya sabes cómo arreglar el inodoro que pierde agua sin necesidad de llamar a un fontanero, pero recuerda, si el problema persiste o la porcelana tiene una grieta importante, ahí sí, llama a un profesional. La clave está en detectar el origen de la fuga, usar el sellador adecuado y revisar las juntas o mecanismos internos si el problema viene de la cisterna.

Cómo se cambia un enchufe de pared

como se cambia un enchufe

Ya sea porque el enchufe está suelto, quemado o simplemente quieres sustituirlo por uno nuevo más moderno, en esta guía te explico cómo se cambia un enchufe paso a paso, qué colores de cables corresponden a cada polo y cómo adaptarlo si se trata de un enchufe de tres patas.

Vamos a verlo con calma.

Herramientas para cambiar un enchufe

Antes de empezar, prepara las herramientas que vas a necesitar. No son muchas, pero todas cumplen una función clave para que el trabajo quede limpio y seguro:

  1. Destornillador plano y de estrella. Los necesitarás para quitar los tornillos de la tapa y del mecanismo interior.
  2. Comprobador de corriente o buscapolos. Sirve para asegurarte de que no haya electricidad antes de tocar los cables.
  3. Alicates o pelacables. Para cortar o pelar los cables si fuera necesario.
  4. Guantes aislantes. Te protegen de posibles descargas.
  5. Cinta aislante. Para reforzar las conexiones o aislar partes metálicas.
  6. Nivel o regla. Para colocar el nuevo enchufe recto y sin torceduras.

¿Cómo van los colores de los cables en un enchufe?

En una instalación eléctrica doméstica típica, los colores son los siguientes:

  • Marrón o negro: Fase, lleva la corriente.
  • Azul: Neutro, devuelve la corriente al circuito.
  • Verde y amarillo: Tierra, sirve como protección en caso de fallo eléctrico.

Saber esto es fundamental antes de conectar nada. Si mezclas los cables por error, el enchufe no funcionará correctamente e incluso puede ser peligroso.

Un consejo que te voy a dar es que antes de desconectar el enchufe viejo, haz una foto con el móvil. Así podrás guiarte por la posición original de los cables si tienes dudas al volver a conectar.

Cómo se cambia un enchufe paso a paso

1. Desconecta la corriente

Cambiar un enchufe de pared no lleva más de 15 o 20 minutos. Lo importante es hacerlo con calma y siguiendo el orden correcto, así que sigue estos pasos sobre cómo se cambia un enchufe.

Es el paso más importante de todos, dirígete al cuadro eléctrico de tu casa y baja el interruptor general. De esta forma cortarás la corriente en toda la vivienda.

2. Desmontar el enchufe viejo

como se cambia un enchufe de pared

Retira la tapa exterior del enchufe con un destornillador plano. Normalmente va encajada a presión o sujeta con un pequeño tornillo en el centro. Una vez retirada la tapa, verás el mecanismo interior y los tornillos que lo sujetan al cajetín empotrado en la pared. Afloja esos tornillos (normalmente dos, uno arriba y otro abajo) y saca el mecanismo con cuidado, dejando los cables a la vista.

Si el enchufe está muy antiguo o ennegrecido, ten bastante cuidado porque puede estar deteriorado por sobrecalentamiento. En ese caso, conviene revisar también el estado de los cables antes de conectar el nuevo.

3. Desconectar cables

Ahora llega el momento de desconectar los cables del enchufe viejo, así que en la parte trasera del mecanismo verás tres bornes o tornillos:

Uno para la fase (marrón o negro), otro para el neutro (azul) y el central o lateral para la tierra (verde o amarillo).

Afloja los tornillos de sujeción y libera los cables tirando suavemente y, si los extremos están pelados y dañados, corta un trozo y vuelve a pelarlos dejando unos 5-7 milímetros de cobre al descubierto. Tampoco te pases pelando porque el cobre nunca debe quedar fuera del borne, podría provocar un cortocircuito.

Si no estás seguro de qué interruptor corresponde al circuito donde vas a trabajar, corta la luz completa. Después, usa un buscapolos o comprobador de tensión sobre el enchufe para verificar que no hay electricidad. Solo cuando estés seguro de que no hay corriente, puedes continuar.

4. Conectar los cables al enchufe nuevo

Con el nuevo enchufe en la mano, conecta cada cable en su posición correcta:

  1. Fase: borne indicado con la letra L.
  2. Neutro: borne indicado con la letra N.
  3. Tierra: símbolo de tierra o tornillo central.

Introduce bien cada cable, asegúrate de que el cobre entra completamente y aprieta con firmeza el tornillo de sujeción. No dejes los cables tensos ni doblados. Deben quedar con una ligera holgura para que no se suelten si el enchufe se mueve. Si el modelo del enchufe lleva sistema de conexión automática (sin tornillo), simplemente inserta el cable hasta que quede fijado.

5. Montar el nuevo

Una vez conectados los cables, coloca el mecanismo dentro del cajetín empotrado. Alinea bien el enchufe para que quede recto y aprieta los tornillos de fijación superior e inferior.

Puedes hacerlo a simple vista, pero mejor si compruebas con un nivel que no haya quedado torcido. Si el cajetín está un poco dañado o flojo, puedes reforzarlo con tacos o masilla antes de apretar del todo.

6. Poner la tapa

Falta colocar la tapa exterior del enchufe, así que encájala o atorníllala, según el modelo. Asegúrate de que quede bien ajustada a la pared y sin huecos, tanto por estética como por seguridad.

Por último, sube el interruptor general y vuelve a conectar la corriente. Prueba el enchufe con un cargador, lámpara o dispositivo eléctrico para comprobar que funciona correctamente. Si todo va bien, acabas de aprender cómo se cambia un enchufe de pared como un profesional.

¿Cómo van los 3 cables en un enchufe?

Los tres cables de un enchufe (fase, neutro y tierra) tienen funciones diferentes y no deben mezclarse bajo ningún concepto. Aquí te dejamos esta tabla fácil para que lo recuerdes bien, es importante.

Cable Color Función Conexión
Fase Marrón o negro Lleva la corriente desde la red Borne L
Neutro Azul Retorna la corriente al circuito Borne N
Tierra Verde/amarillo Protección y descarga a tierra Símbolo de tierra (⏚)

Si tu instalación solo tiene dos cables (fase y neutro), es porque la instalación es antigua y no cuenta con toma de tierra. En ese caso, al cambiar el enchufe, deja libre el borne de tierra o conecta un cable de seguridad si decides actualizar la instalación más adelante.

Cómo se cambia un enchufe de 3 patas

Los enchufes de tres patas (también llamados de tres polos) son comunes en algunos aparatos eléctricos potentes o importados de otros países.
La tercera pata suele corresponder a la toma de tierra, una medida de seguridad que protege al usuario frente a descargas.

Veamos cómo se cambia un enchufe de tres patas a uno de dos, y viceversa.

Cambiar de un enchufe de dos patas a uno de tres

Si tu casa tiene una instalación antigua con enchufes de dos patas (sin tierra) y quieres actualizarlos a tres, debes tener en cuenta un detalle importante:
el nuevo enchufe tendrá un borne adicional (la toma de tierra), pero si tus cables son solo dos, ese borne quedará sin uso. Esto no es peligroso en sí mismo, pero la toma de tierra no funcionará, por lo que la instalación seguirá sin estar protegida frente a descargas.

Para disponer de una toma de tierra real, deberías actualizar el cableado desde el cuadro eléctrico, añadiendo un tercer cable (verde/amarillo) que conecte con una pica o toma de tierra común del edificio. Este trabajo, por seguridad, debe hacerlo un electricista autorizado.

Cambiar de un enchufe de tres patas a uno de dos

Por el contrario, si necesitas adaptar un aparato con enchufe de tres patas a una toma de dos (por ejemplo, en una vivienda antigua), puedes usar un adaptador de enchufe. Sin embargo, no es recomendable eliminar la conexión de tierra permanentemente, ya que perderías la protección eléctrica.

Lo ideal en estos casos es instalar enchufes de tres patas nuevos, aunque el aparato funcione con dos. La seguridad nunca está de más.

Ya sabes cómo se cambia un enchufe sin complicaciones: cortar la corriente, desmontar, identificar los cables, conectar correctamente y volver a montar. Con un poco de cuidado, esta pequeña reparación doméstica puede ahorrarte tiempo y dinero. ¡Esperamos haberos ayudado!

Cómo cambiar un fusible de casa

como cambiar un fusible

¿Se ha ido la luz de tu casa? Puede que hayas ido al cuadro eléctrico, has mirado los interruptores… y has descubierto que no son automáticos, sino fusibles de los de antes. No te preocupes, es sencillo, eso sí, conviene hacerlo con seguridad y conociendo los pasos adecuados para que no te lleves un calambrazo o algo peor. Hoy, te explico cómo cambiar un fusible paso a paso, vamos a ello.

Cómo sacar un fusible de la forma más segura

Lo primero que debes tener en cuenta es que un fusible no se cambia igual que un interruptor automático. El fusible es un dispositivo que se funde o se corta cuando pasa demasiada corriente por él, protegiendo así el circuito eléctrico y evitando incendios o daños en los electrodomésticos.

Por lo tanto, lo que realmente pasa es que se rompe internamente para interrumpir el paso de corriente. Para sacar un fusible de manera segura, hay que seguir unas normas básicas:

  1. Corta la corriente. Nunca manipules un fusible con la corriente conectada. Localiza el interruptor general de tu vivienda y apágalo. Si no lo tienes claro, puedes bajar todos los interruptores del cuadro para asegurarte.
  2. Usa guantes aislantes. Aunque la corriente esté cortada, los fusibles pueden acumular cierta carga. Es mejor prevenir usando guantes de goma o herramientas con mango aislante.
  3. Tipo de fusible. En las casas más antiguas encontrarás fusibles de tipo roscado o de cartucho cilíndrico. En las más modernas, lo habitual es que haya magnetotérmicos (los automáticos que se suben y bajan). Si tu instalación aún usa fusibles clásicos, es fundamental saber de qué tipo son para poder sustituirlos por uno compatible.
  4. Sácalo sin forzar. Para sacar un fusible, gira o tira suavemente según el modelo. Si notas que está muy duro o pegado, no lo fuerces. Algunos fusibles se extraen con un pequeño destornillador plano haciendo palanca con cuidado.
  5. No toques partes metálicas. Incluso sin corriente, es más seguro sujetarlo siempre por la parte aislada o con una herramienta.

Cómo cambiar un fusible paso a paso

Ahora que ya sabes cómo sacar un fusible de manera segura, vamos con el proceso completo para que puedas cambiarlo por completo.

1. Corta la corriente y localiza el fusible

Lo más importante es cortar la corriente eléctrica. Baja el interruptor general o desconecta el contador si está accesible. Así nos evitamos cualquier riesgo de descarga.

A continuación, abre el cuadro de fusibles o la caja donde se encuentra el portafusibles. En algunos casos está en la entrada de la casa, junto al contador, y en otros dentro del cuadro eléctrico principal.

Si tienes varios fusibles, fíjate en cuál corresponde a la zona donde se ha producido el corte (por ejemplo, si ha dejado de funcionar la luz de la cocina o el enchufe del salón). Puedes ayudarte de etiquetas o del propio manual de la vivienda si lo conservas.

2. Retíralo

como sacar un fusible

Una vez localizado, llega el momento de retirar el fusible fundido. Hazlo tal y como te he explicado en el apartado anterior: con la corriente cortada, sin tocar las partes metálicas y usando herramientas adecuadas.

Si se trata de un fusible roscado, desenróscalo girando en sentido contrario a las agujas del reloj. Si es de cartucho cilíndrico, normalmente basta con presionar y tirar suavemente hacia afuera. En cualquier caso, no fuerces nunca el mecanismo. Si el fusible está atascado o se deshace al manipularlo, pide ayuda a un electricista o a alguien con experiencia.

3. Instala el nuevo fusible

Con el fusible viejo ya fuera, toca instalar el nuevo. Asegúrate de que sea del mismo tipo y amperaje que el anterior. Esto es fundamental para que funcione correctamente y no haya sobrecargas.

Los fusibles están diseñados para soportar una determinada intensidad de corriente (por ejemplo, 10A, 16A, 25A…). Si colocas uno con un amperaje mayor, no saltará ante una sobrecarga y podrías dañar la instalación o provocar un incendio. Por lo tanto:

  • Si es de rosca, atorníllalo hasta que quede firme pero sin apretar en exceso.
  • Si es de cartucho, encájalo en el portafusibles con un pequeño clic.

Cuando esté bien colocado, echa un vistazo para que encaje correctamente y que no haya restos de polvo o material quemado en el interior del portafusibles.

4. Restaura la energía

Una vez sustituido el fusible, puedes restaurar la corriente eléctrica. Sube el interruptor general o reconecta el contador.

No toques el cuadro eléctrico durante unos segundos y observa si se restablece la luz en la zona afectada. Si todo vuelve a funcionar con normalidad, ya lo tendrías todo hecho, por lo que ya sabrías cómo cambiar un fusible de casa.

5. Comprueba que todo funciona correctamente

Solo quedaría verificar que el fusible cumple su función. Enciende los electrodomésticos o luces que antes estaban apagados y asegúrate de que todo responde como debe. Si el nuevo fusible se funde de nuevo al poco tiempo, puede que exista un problema eléctrico más grave: una sobrecarga, un cortocircuito o un electrodoméstico defectuoso.

En ese caso, no repitas el cambio sin más. Llama a un electricista para que revise la instalación y determine el origen del fallo.

¿Se puede cambiar un fusible sin un electricista?

Sí, puedes hacerlo tú mismo siempre que sigas las normas básicas de seguridad y tengas un mínimo de precaución. De hecho, cambiar un fusible es una de las reparaciones domésticas más sencillas, al alcance de cualquier persona con un poco de cuidado y sentido común.

Eso sí, hay algunos casos en los que sí conviene llamar a un profesional:

  • Si los fusibles se funden con frecuencia.
  • Si notas chispazos, ruidos o mal olor en el cuadro eléctrico.
  • Si la instalación es muy antigua o está en mal estado.
  • Si no estás seguro de qué tipo de fusible necesitas.

En el resto de situaciones, bastará con seguir los pasos que te he explicado. Ten siempre a mano un kit básico de fusibles de repuesto, guantes aislantes y una linterna (por si el apagón te deja sin luz), no te hace falta nada más.

¿Cómo puedo saber si un fusible de mi casa se ha fundido?

Existen dos maneras sencillas de comprobarlo: visualmente o con un multímetro digital.

La forma más rápida de saber si un fusible está fundido es mirarlo a contraluz. En los modelos de cristal o transparentes, se aprecia claramente si el filamento interior está roto o si hay un pequeño ennegrecimiento. En los fusibles opacos o cerámicos, puede que no se vea el interior, pero suele notarse por el olor a quemado o por el color del extremo.

Para una comprobación más precisa, utiliza un multímetro digital (también llamado polímetro).

  1. Colócalo en modo de continuidad o resistencia (ohmios).
  2. Toca cada extremo del fusible con las puntas del multímetro.
  3. Si el aparato marca 0 o un valor cercano, el fusible está bien.
  4. Si marca OL, ∞ o no hay continuidad, está fundido.

Ahora ya sabes cómo cambiar un fusible de casa sin necesidad de llamar a un técnico. Solo necesitas seguir unas pocas normas básicas: cortar la corriente, retirar el fusible con cuidado, colocar otro del mismo amperaje y comprobar que todo vuelve a funcionar.

Cómo rehabilitar una casa antigua de pueblo

como rehabilitar una casa antigua de pueblo

Rehabilitar una casa antigua de pueblo puede ser una de las experiencias más gratificantes que existen, puedes recuperar un pedazo de historia de tu familia. Pero antes de empezar, conviene tener claro que rehabilitar una casa vieja no es lo mismo que reformar un piso en ciudad. Las estructuras son antiguas, los materiales son más tradicionales, hay normativas urbanísticas más concretas y puede incluso tener protección patrimonial.

Hoy, os explicamos cómo rehabilitar una casa antigua de pueblo paso a paso para que puedas emprender bien este tipo de proyecto. Empecemos.

Cómo rehabilitar una casa vieja paso a paso

1. Evaluación y planificación

El primer paso es evaluar el estado real de la casa. Aquí no basta con una visita rápida y pensar que parece que está bien. Las casas de pueblo antiguas suelen tener problemas en la estructura, humedad, filtraciones o instalaciones obsoletas.

Lo ideal es contar con un arquitecto o aparejador que haga un estudio técnico de la vivienda. Este profesional analizará los cimientos, muros, tejado, forjados y carpinterías, y te dirá qué partes se pueden conservar y cuáles hay que sustituir. Un informe profesional te servirá también para calcular el coste real y decidir si te compensa más rehabilitar una casa vieja o derribarla y construir una nueva.

También deberías consultar al ayuntamiento del pueblo para ver si hay alguna limitación urbanística. Para acabar de planificar, deberías definir ya si va a ser una reforma integral o parcial, y el presupuesto disponible para el proyecto, así como la financiación. En este punto es importante incluir imprevistos (mínimo un 10-15% del total), ya que en las casas antiguas hay bastantes sorpresas.

2. Permisos

Una vez tengas todo definido, ya puedes tramitar los permisos de obra, importante porque si no lo haces te puede acarrear una sanción o que te paralicen las obras. Si vas a realizar reparaciones simples o cambios sin alterar la estructura, bastará con una licencia de obra menor. Dependiendo de lo que sea a veces ni te hará falta licencia, pero revísalo por si acaso.

Si hay derribos, cambios en la distribución, ampliaciones o trabajos estructurales, necesitarás una licencia de obra mayor. El arquitecto puede ayudarte con la documentación técnica necesaria: memoria, planos, presupuesto y, en algunos casos, proyecto visado por el colegio profesional.

3. Derribo y saneamiento

como rehabilitar una casa vieja

En las casas antiguas de pueblo, el derribo parcial y el saneamiento son fundamentales antes de comenzar la reconstrucción. Tendrás que quitar los muros inestables, falsos techos deteriorados, tabiques, las carpinterías que estén podridas y cualquier otro elemento que sea un riesgo.

Aquí se suele aprovechar para limpiar las humedades, retirar escombros y sanear cimientos y muros de carga. Se revisará si hay grietas, termitas, hongos, humedades por capilaridad… básicamente problemas muy comunes en casas rurales que han pasado años sin mantenimiento. Una vez limpio el espacio, se puede empezar de verdad con la rehabilitación.

4. Reformas estructurales

Las reformas estructurales incluyen todo lo que afecta a la estabilidad del edificio:

  • Refuerzo de cimientos y muros de carga.
  • Sustitución o saneamiento de vigas de madera.
  • Rehabilitación del tejado.
  • Reposición de forjados entre plantas.

Si la casa es muy antigua, quizás se te recomiende sustituir algunas estructuras por materiales más resistentes, aunque se intente conservar el estilo original de la casa. Por ejemplo, se puede mantener el aspecto rústico con vigas vistas, aunque sean nuevas, o recuperar muros de piedra natural limpiando y rejuntando las juntas.

5. Reformas de instalaciones

Una vez asegurada la estructura, ya se pueden modernizar las instalaciones, lo que viene siendo la fontanería, electricidad, calefacción y climatización, y saneamiento. Ninguna de estas suele estar en condiciones en una vivienda antigua, así que conviene renovarlas completamente.

Si el pueblo no cuenta con red de gas natural, lo mejor es instalar aerotermia, placas solares o biomasa. Cada vez más propietarios apuestan por sistemas sostenibles, ya que permiten ahorrar energía y ganar confort. También es el momento de aislar térmicamente los muros y el tejado, algo esencial en casas rurales donde el frío y la humedad suelen ser un problema.

6. Acabados

como rehabilitar una casa

Cuando la casa ya está estructuralmente sólida y con las instalaciones nuevas, llega la parte más visible, los acabados. Aquí entran revestimientos, suelos, carpinterías, y pinturas.

Puedes optar por un estilo tradicional (piedra, madera, barro cocido) o combinar lo antiguo con lo moderno, manteniendo algunos elementos originales y contrastándolos con líneas más actuales. Nuestro consejo es que intentes respetar los materiales y colores típicos de la zona. No solo por estética, sino también por integración con el entorno y por posibles normativas locales.

7. Decoraciones

Es la última fase pero la que más soléis disfrutar, la decoración. Por supuesto depende de tus gustos, pero puedes jugar con la mezcla entre lo rústico y lo contemporáneo, recuperando puertas antiguas, vigas originales o muebles restaurados.

Una buena iluminación también puede realzar las texturas naturales de los materiales. Además, los textiles (alfombras, cortinas, mantas) aportan calidez y ayudan a mejorar el confort acústico y térmico. Y si la casa tiene un patio o jardín, no lo descuides, una zona exterior bien cuidada aumenta el valor del conjunto y queda perfecto.

¿Cuánto cuesta derribar una casa vieja en un pueblo?

De media, el precio de derribar una vivienda de tamaño medio (unos 100 m2) ronda los 10.000 euros, aunque puede oscilar entre 8.000 y 15.000 euros según la zona y la dificultad.

De todas formas, el coste de derribar una casa vieja en un pueblo depende de su tamaño, del tipo de estructura y de si hay que retirar materiales peligrosos como amianto o plomo. El presupuesto que os hemos comentado suele incluir ya la demolición, la retirada de escombros y el transporte a un vertedero autorizado. Si la casa tiene una estructura de piedra o muros muy gruesos, el precio puede aumentar.

Os aconsejamos que antes de decidir si rehabilitar o derribar, pidas dos presupuestos a empresas distintas para comparar, por que te puede salir bastante rentable.

¿Cuánto cuesta rehabilitar una casa rural en total?

El precio de rehabilitar una casa varía enormemente en función del estado en el que se encuentre la vivienda y los materiales que elijas. Como orientación general, el coste medio se sitúa entre 600 y 1200 euros por metro cuadrado. Esto significa que una casa de 120 m2 puede requerir una inversión de entre 72.000 y 144.000 euros, sin contar mobiliario ni decoración. Este rango es tan amplio por varios factores:

  1. Estado de la estructura original.
  2. Necesidad o no de reforzar cimientos o tejado.
  3. Nivel de aislamiento térmico y acústico deseado.
  4. Tipo de acabados y calidades.
  5. Mano de obra y accesibilidad de la obra (no es lo mismo rehabilitar en un pueblo accesible que en una aldea sin acceso directo).

Para rehabilitar una casa vieja de pueblo sin pasarte con el precio recuerda que tienes que priorizar lo esencial, es decir, estructura, tejado e instalaciones.

¿Merece la pena rehabilitar una casa vieja?

Sí que merece la pena, pero no siempre.

Si sabes cómo rehabilitar una casa vieja de pueblo puede ser una inversión excelente. Por un lado, revalorizas un inmueble que probablemente estaba en desuso y conservas un patrimonio arquitectónico con encanto. Por otro, consigues un hogar único, con personalidad y construido a tu medida.

Aún así debes tener en cuenta los contras, que mayoritariamente suelen estar relacionados con el dinero. Está claro que rehabilitar una casa antigua no es barato, y también puede haber algún coste imprevisto.

Lo que sí es seguro es que una casa rehabilitada tiene más valor que una vieja en ruinas. Y además, si optas por materiales sostenibles y eficiencia energética, podrás recuperar parte de la inversión en pocos años gracias al ahorro en consumo. Si la vivienda tiene un valor sentimental (puede ser de tus abuelos la casa), es algo que pesa bastante en tu decisión.

Cómo poner una estantería en la pared

como montar estanteria

Las estanterías son una de esas cosas que nunca sobran en casa. Sirven para organizar, decorar y aprovechar al máximo el espacio vertical. Sin embargo, mucha gente se pregunta cómo poner una estantería en la pared sin que acabe torcida, poco segura o, peor aún, arrancándose con el tiempo.

Es fácil, pero ten paciencia, aquí os cuento cómo montar una estantería como un auténtico manitas, incluso si nunca has usado un taladro en tu vida. Vamos a ello.

Herramientas para montar una estantería

Aquí tienes la lista básica:

  1. Taladro eléctrico: imprescindible para hacer los agujeros donde irán los tacos y tornillos.
  2. Nivel de burbuja o láser, necesario para que quede recto.
  3. Metro o cinta métrica: para medir la distancia entre soportes y calcular la altura correcta.
  4. Lápiz.
  5. Destornillador o atornillador eléctrico.
  6. Martillo.

Cómo poner una estantería en la pared paso a paso

Ahora que ya tienes todo lo necesario, vamos a como montar una estantería.

1. Ubicación y medidas

Lo primero es pensar dónde quieres colocar la estantería. Por lo tanto, define su función, ¿será decorativa, para libros pesados, para el baño o para la cocina? Ten en cuenta también la altura, tiene que ser cómodo de llegar y, una vez tengas todo esto, toma medidas con el metro para ver que quepa bien, y que las baldas no entorpezcan ventanas, puertas o interruptores.

Un truco es colocar la estantería en el suelo, junto a la pared donde irá, para visualizar el resultado final, te lo recomiendo.

2. El tipo de pared

No todas las paredes son iguales, y de esto dependerá la resistencia y los tacos que vas a usar. Identificar el tipo de pared es importante para montar la estantería de forma segura:

  1. Pared de ladrillo u hormigón: la más resistente. Aguanta peso sin problemas si usas tacos de expansión.
  2. Pared de pladur (cartón yeso): más delicada. Necesitarás tacos especiales tipo paraguas o de basculante.
  3. Pared hueca: si al golpear suena a vacío, tendrás que reforzar el anclaje.

3. Señaliza los puntos para perforar

Con la ubicación decidida y el tipo de pared verificado, llega el momento de marcar dónde irán los agujeros:

  1. Usa el nivel de burbuja o láser para trazar una línea recta.
  2. Señala con el lápiz los puntos donde irá cada soporte.
  3. Revisa dos veces las medidas antes de taladrar: más vale invertir unos minutos en comprobar que después tener que tapar agujeros que no te han servido.

4. Taladra y pon los tacos

Ya con las marcas hechas, coge el taladro y selecciona la broca adecuada al diámetro de tus tacos:

  1. Perfora despacio, manteniendo el taladro perpendicular a la pared.
  2. Quita el polvo del agujero con un soplido o una pequeña brocha.
  3. Introduce el taco golpeando suavemente con el martillo hasta que quede al ras de la pared.

Los tacos son los que realmente darán firmeza a los tornillos y soportes. No te saltes este paso ni los elijas demasiado pequeños.

5. Fija soportes

como poner una estanteria en la pared

Llega el turno de los soportes, que serán la base de la estantería. Colócalos en los agujeros ya preparados, atornilla con firmeza usando el destornillador o un atornillador eléctrico, y comprueba con el nivel que ambos soportes queden alineados antes de apretar del todo.

Si se trata de una balda flotante (con herrajes ocultos), el procedimiento es similar: primero anclas las piezas metálicas a la pared y luego insertas la balda.

6. Poner la estantería sobre el soporte

Por fin llega el momento de poner la estantería sobre los soportes:

  1. Asegúrate de que encaja correctamente.
  2. Si el estante es de madera, aprieta los tornillos laterales o inferiores que lo fijan a los soportes.
  3. Comprueba la estabilidad presionando ligeramente con la mano.

Una vez colocada, ya solo tienes que decorarla como tu quieras con libros, plantas, marcos o lo que decidas.

Consejos para montar la estantería de forma segura

Una vez ya sabes cómo poner una estantería, lo importante es que no solo quede bonita, sino que también sea resistente. Para ello:

  • No sobrecargues el estante, hay que tener cuidado con el peso máximo que puede aguantar.
  • Usa siempre tacos adecuados al tipo de pared: de nada sirve un tornillo grande si el taco no sujeta.
  • Mantén la alineación. Queda bastante feo un estante torcido, además, se repartiría peor el peso y se podría soltar.
  • Revisa de vez en cuando, apretando tornillos y soportes para evitar holguras.
  • Si es una estantería infantil, fija siempre a la pared los muebles altos para evitar vuelcos.

¿Cuál es la forma más resistente de fijar el estante a la pared?

La fijación más resistente siempre será la que combine una pared sólida (ladrillo, bloque u hormigón) con tacos de expansión de calidad, adecuados al grosor de la pared, y soportes metálicos robustos fijados con tornillos largos.

Si necesitas que la estantería aguante mucho peso (por ejemplo, una biblioteca llena de libros), te recomiendo que combines estas 3 cosa, es lo mejor. También puedes reforzar con soportes intermedios en baldas largas para distribuir mejor la carga.

¿Cómo puedo fijar muebles a la pared sin taladrar?

No siempre se puede taladrar, ya sea porque estás de alquiler, o porque la pared es delicada o que simplemente quieras una solución temporal. En esos casos, tienes varias alternativas:

  • Cintas adhesivas de doble cara de alta resistencia, que aguantan objetos ligeros como estantes decorativos o pequeñas repisas.
  • Soportes adhesivos con ventosa, ideales para baños y cocinas.
  • Ganchos y fijaciones con adhesivo líquido: una opción fuerte para cuadros y pequeños estantes.
  • Patas auxiliares. Algunos muebles incluyen apoyos que descargan parte del peso en el suelo, reduciendo la necesidad de taladrar.

Ahora ya sabes cómo poner una estantería en la pared de manera correcta, segura y sin complicaciones. Ya te he contado las herramientas que necesitas, los pasos detallados y los mejores trucos para que quede recta y resistente. ¡Espero que os haya sido útil!

Cómo cambiar el suelo sin obras

como cambiar el suelo de una casa

¿Quieres renovar el aspecto de tu casa pero solo de pensarlo te viene a la mente polvo, escombros y semanas de obras? Tranquilo, no eres el único. Cada vez más personas quieren saber cómo cambiar el suelo sin obras, porque hacerlo con métodos tradicionales implica tiempo, permisos y un buen presupuesto.

Hoy tienes una buena variedad de materiales y técnicas que te permiten darle un giro completo al suelo de tu hogar sin levantar el que ya tienes. Veamos todas las opciones.

¿Qué tipos de suelos se pueden instalar sin obras?

Los suelos más utilizados para hacer un cambio sin obras son estos 5:

  1. Suelos vinílicos o de PVC. Lo mejor para reformas rápidas. Ligeros, resistentes al agua y fáciles de limpiar, se presentan en losetas o lamas que se colocan directamente sobre el suelo existente. Su sistema de clic o adhesivo permite un montaje sencillo y rápido.
  2. Suelos laminados. Parecen madera, pero en realidad están formados por varias capas prensadas con un acabado muy realista. También se instalan mediante sistema de clic, lo que los convierte en una de las opciones más usadas para cambiar el suelo sin obras.
  3. Moqueta en losetas. Aunque no es tan popular aquí en España, la moqueta modular sigue siendo una solución práctica en oficinas y espacios donde se busca confort acústico. Se coloca sin obra, simplemente pegando o encajando las losetas.
  4. Suelos de caucho o linóleo. Perfecto para gimnasios, habitaciones infantiles o espacios de mucho tránsito. Son resistentes y aportan un plus de comodidad al caminar.
  5. Microcemento en láminas finas. A diferencia del microcemento tradicional (que requiere aplicación en capas y pulido), ahora existen versiones en láminas delgadas que se adhieren directamente sobre el pavimento existente.

Cómo cambiar el suelo sin obras paso a paso

Aunque cada material tiene sus particularidades, el proceso básico para instalar un suelo sin obras suele seguir las mismas fases. Aquí te detallo cada una para que no te pierdas.

1. Preparar la superficie

El primer paso es fundamental. No puedes colocar un suelo nuevo sobre uno que esté desnivelado, húmedo o sucio.

  • Limpieza profunda: aspira, barre y pasa una fregona bien escurrida para eliminar polvo, grasa y restos de suciedad.
  • Reparar desperfectos: si hay baldosas rotas o desniveles grandes, corrígelos con pasta niveladora.
  • Comprobar la humedad: si el suelo antiguo está en una zona húmeda (como sótanos o baños), coloca una lámina antihumedad antes de continuar.

2. Aclimatar el material

Un error muy común es abrir las cajas de suelo laminado o vinílico y empezar a colocarlo al instante. Mal hecho. Los materiales necesitan aclimatarse al ambiente donde se van a instalar:

  • Deja las cajas cerradas en la habitación al menos 48 horas.
  • La temperatura ideal ronda entre 18 y 25 grados.
  • No lo coloques justo después de una obra húmeda (como pintar o enyesar).

Con esto evitarás que las lamas se dilaten o contraigan de manera irregular, lo que provocaría juntas abiertas o levantamientos.

3. Instalar el nuevo suelo

como cambiar el suelo sin obras

Aquí empieza la parte más entretenida. Dependiendo del tipo de suelo que hayas elegido, podrás optar por:

  • Sistema clic: encajar las lamas unas con otras inclinándolas y presionando hasta oír el “clic”. Muy utilizado en laminados y vinílicos.
  • Adhesivo: algunas losetas vinílicas ya vienen con pegamento incorporado en la parte trasera. Basta con retirar la lámina protectora y presionar.
  • Colocación flotante: el suelo no se pega ni se atornilla al original, sino que se apoya encima. Es la opción más rápida y reversible, aunque no la recomiendo.
  • Empieza siempre desde una esquina recta de la habitación y coloca las lamas de forma que la luz natural entre en paralelo. Así se notarán menos las juntas.

4. Recortar las piezas para esquinas

Rara vez una habitación encaja al milímetro con las dimensiones de las lamas o losetas. Por eso, tendrás que recortar piezas.

Usa una sierra de calar o un cúter afilado (en el caso de suelos vinílicos), aunque por si acaso, mide dos veces antes de cortar para no desperdiciar material. Recuerda dejar una junta de dilatación de al menos 5 mm en los bordes, este es el margen que permite que el suelo se expanda con los cambios de temperatura sin que se levante.

5. Colocar los zócalos

El toque final para un acabado profesional es instalar los zócalos o rodapiés. Además de embellecer, sirven para cubrir la junta de dilatación.

  • Puedes reutilizar los antiguos si están en buen estado, aunque lo ideal es poner unos nuevos a juego con el suelo.
  • Se fijan con adhesivo de montaje o con grapas especiales.
  • Si quieres un plus para tu decoración y resaltar el nuevo pavimento, elige zócalos de un color que vaya a contrastar con el suelo.

Con esto ya sabes cómo cambiar el suelo sin obras, así no tienes que esperar semanas para un suelo renovado.

¿Qué es lo más barato para poner en el suelo?

Si quieres la opción económica y práctica y que además, aún te va a durar tiempo, lo mejor va a ser el suelo vinílico y de PVC.

Suelen costar bastante menos que el parquet o el laminado de alta gama y son de instalación rápida, ya que tú mismo puedes colocarlos sin necesidad de contratar a un instalador.

Son resistentes al agua, por lo que también van genial en cocinas y baños, donde otros materiales podrían hincharse o deteriorarse. También tienes bastante variedad, ya que imitan madera, mármol, piedra o cemento pulido con acabados muy realistas. Además, si en algún momento se daña una pieza, siempre puedes sustituirla. Esto es muy útil, por ejemplo, para cambiar una lama de suelo laminado o una loseta vinílica sin necesidad de renovar todo el suelo.

Cambiar el suelo ya no significa tener la casa patas arriba durante semanas ni gastar un dineral. Hoy es posible cambiar el suelo sin obras, de forma rápida, limpia y económica, gracias a materiales como el vinilo, el PVC o los laminados.

Cómo arreglar una mosquitera enrollable

como arreglar una mosquitera enrollable

Las mosquiteras enrollables son una solución práctica para mantener tu casa libre de mosquitos, moscas y otros insectos, sin tener que dejar de ventilar tu casa, algo bastante importante. Por otro lado, como cualquier sistema mecánico, con el uso o el paso del tiempo pueden presentar problemas: la tela se rompe, el muelle pierde tensión o el enganche deja de funcionar correctamente.

Aquí te lo explicamos todo para que puedas reparar la tuya sin necesidad de llamar a un técnico.

Herramientas para reparar la mosquitera

Aquí te dejamos unas herramientas básicas que te harán el trabajo mucho más fácil:

  1. Destornilladores: de estrella y plano, para desmontar la carcasa y los topes.
  2. Alicates: útiles para sujetar o retirar muelles, así como para manipular el tensor.
  3. Cúter o tijeras: necesarios para cortar la tela en caso de sustitución.
  4. Cinta métrica: imprescindible si vas a cambiar la malla por una nueva.
  5. Kit de recambio: muchos fabricantes venden rollos de tela, muelles o tensores de repuesto.

Los fallos en las mosquiteras enrollables

Veamos los problemas más comunes para ver si esto lo que te pasa, ya que es el primer paso para arreglar una mosquitera enrollable de forma eficaz. La mayoría de averías se concentran en tres áreas principales: la malla, el muelle y el sistema de enganche.

La malla está rota o deshilachada

Con el uso, la tela de fibra de vidrio o poliéster puede romperse, engancharse o empezar a deshilacharse. Aunque al principio se trate de un agujerito pequeño, conviene repararlo rápido, porque de lo contrario se agranda y pierde su función principal: impedir el paso de insectos. Para repararla tienes estas opciones:

  • Parche temporal. Tienes cintas adhesivas especiales para mosquiteras que permiten tapar pequeños agujeros.
  • Cambio parcial de tela: si la rotura está solo en una pequeña parte, puedes sustituir un solo tramo, se puede sustituir solo un tramo.
  • Cambio completo de la malla: lo más recomendable en general, sobre todo si ya tiene algún año.

Falla el muelle

El muelle es el mecanismo que permite que la mosquitera suba y baje suavemente. Puede perder tensión, quedar demasiado flojo o, por el contrario, tensarse en exceso y hacer que la tela se recoja de golpe.

Verás que ocurre esto con cosas muy sencillas, como que la mosquitera no suba sola, o que se enrolle demasiado rápido y de forma brusca o que se queda atascada a medio recorrido. La solución pasa por ajustar, tensar o incluso sustituir el muelle. Más abajo te explicaremos cómo hacerlo paso a paso.

Hay daños en el tensor o el enganche

El tensor o sistema de enganche es el que mantiene la mosquitera en posición una vez bajada. Si se desgasta o se rompe, la tela no queda fija y puede volver a recogerse sola.

Para repararlo, recoloca el enganche si se ha soltado y sustituye la pieza por un recambio compatible (suelen venderse en ferreterías o tiendas online).

¿Cómo puedo cambiar la tela de mi mosquitera de ventana enrollable?

Una de las reparaciones más frecuentes es el cambio de la tela. El proceso no es complicado, solo ten un poco de paciencia:

  1. Desmonta la mosquitera: retira la carcasa del marco con ayuda del destornillador.
  2. Extrae el eje: donde está enrollada la tela. Hazlo con cuidado para no dañar el muelle.
  3. Quita la tela vieja. Desenrolla por completo la malla y córtala si es necesario.
  4. Mide y corta la nueva: utiliza la cinta métrica para ajustar las dimensiones al marco. Deja un margen extra de unos 3 cm por cada lado.
  5. Coloca la tela nueva: fija un extremo al tubo con cinta adhesiva fuerte o grapas. Después, enrolla poco a poco la malla asegurándote de que quede recta.
  6. Monta de nuevo el eje y la carcasa. Comprueba que el muelle funciona y que la tela se despliega sin arrugas.
  7. Consejo: utiliza siempre una tela de fibra de vidrio resistente a rayos UV. Dura más y no se deforma con el calor.

Cómo reparar el muelle de una mosquitera

El muelle es la parte más delicada del sistema. Si está roto, lo más práctico es sustituirlo por uno nuevo del mismo modelo. Pero si solo ha perdido tensión, se puede reparar y ajustar. Como precaución, deberías usar guantes al manipular el muelle, porque puede saltar y provocar algún corte o golpe. Dicho esto, sigue estos pasos:

  1. Desmonta la mosquitera del marco.
  2. Retira con cuidado el tubo donde se enrolla la tela.
  3. Accede al extremo del muelle. Generalmente, va sujeto por una pestaña metálica o de plástico.
  4. Vuelve a enrollar el muelle en sentido horario si la mosquitera ha perdido tensión, o antihorario si está demasiado fuerte.
  5. Coloca de nuevo el tubo y haz una prueba para comprobar que la subida y bajada son suaves.

Cómo puedo tensar el muelle de mi mosquitera enrollable

Tensar el muelle es una de las operaciones más habituales cuando hablamos de arreglar una mosquitera enrollable. Simplemente:

  1. Baja la mosquitera hasta el final.
  2. Desmonta un lateral del cajetín donde está el eje.
  3. Gira el tubo del muelle manualmente en el sentido en que se enrolla la tela, unas 3 o 4 vueltas adicionales.
  4. Vuelve a encajarlo en su sitio.
  5. Prueba la mosquitera: si sube demasiado rápido, reduce la tensión; si sigue floja, añade más vueltas.

Te aconsejamos no tensar demasiado el muelle porque eso hará que dure menos, ya que puede provocar que se rompa antes de lo necesario.

Como ves, arreglar una mosquitera enrollable no es tan complicado si sabes dónde está el problema. Los fallos más comunes están en la tela, el muelle o el sistema de enganche, y la mayoría tienen solución rápida y económica con un poco de maña y las herramientas adecuadas. ¡Hasta la próxima!

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